Las manos son una de las partes del cuerpo que están más expuestas y su piel tiende a resecarse como consecuencia de varios factores: la exposición al sol, la falta de nutrientes y, más que nada, el frío. Por eso, problemas como la sequedad, grietas, sensación de deshidratación, incluso picor, son algunas de las consecuencias del mal tiempo en nuestra manos. Te dejamos aquí una serie de cuidados para tenerlas siempre sanas y suaves.
1. Crema, crema y más crema
Aplicar una crema de manos a lo largo del día es un hábito que vale la pena incorporar en la rutina diaria. Para no fallar, lleva un tubo de crema en la cartera y ten otro en el espacio de trabajo. Apuesta por hidratantes que contengan principios activos con alto poder de hidratación en sus fórmulas, como el aceite de argán, la manteca de karité, aloe vera o proteína del trigo. Cuando apliques la crema, hazlo mediante un suave masaje para que el producto penetre mejor.
2. Elimina las células muertas
Exfoliar las manos una vez a la semanaayudará a tenerlas en perfecto estado. Como es una zona delicada, puedes utilizar tu exfoliante de rostro para eliminar suavemente las células muertas y renovar la piel de las manos.
3. Aplica una mascarilla por la noche
¿Sabías que tu piel se regenera por la noche? Puedes potenciar este efecto aplicando una mascarilla hidratante justo antes de acostarte. Para un cuidado aún más intensivo, ponte unos guantes de algodón y tendrás una agradable sorpresa al despertarte.
4. Agua tibia y jabón neutro
Los cuidados al lavarse las manos son fundamentales para tenerlas siempre en buen estado. Lo primero es no emplear agua muy caliente y utilizar un jabón apropiado. Sécalas sin frotar mucho para respetar la epidermis.
5. Protégelas con guantes
Utiliza guantes de látex siempre que emplees productos químicos, como los detergentes para fregar los platos o limpiar la casa. Si hace mucho frío, protege tus manos con guantes, preferentemente de lana natural, que permite que la piel respire.
6. Échales aceite
Los aceites vegetales aportan una hidratación intensiva a tus manos. Aplica unas gotas de aceite de caléndula y masajea bien tus manos, uñas y cutículas para prevenir el desecamiento cutáneo y devolver a la piel su flexibilidad natural.